Con la ayuda de la socióloga Marta Ibáñez Carrasco nos adentramos en la república de Gilead imaginada por Margaret Atwood para, en un diálogo continuo entre la realidad y la ficción, tomar conciencia de que no es necesario acudir a las distopías para observar rasgos negativos en nuestras propias sociedades, tan pretendidamente «avanzadas».